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martes, 27 de marzo de 2012

El Teseo de los Nuevos Tiempos


Tras los muchos comentarios que he recibido las últimas semanas a propósito del post que escribí el 6 de marzo sobre El Síndrome de Procusto en las Empresas, me he decidido a publicar una segunda parte, esta vez sobre El Teseo de Los Nuevos Tiempos.

Pongámonos en situación, en la mitología griega, Procusto era un hermoso bandido y posadero del Ática que tenía su casa en las colinas, donde ofrecía posada al viajero solitario. Allí lo invitaba a tumbarse en una cama de hierro donde, mientras el viajero dormía, lo amordazaba y ataba a las cuatro esquinas del lecho. Si la víctima era alta, Procusto la acostaba en una cama corta y procedía a serrar las partes de su cuerpo que sobresalían: los pies y las manos o la cabeza (…).

¿Y Teseo? ¿Quién era?

El Teseo de los Viejos Tiempos fue un mítico rey de Atenas, que desde muy joven destacó por su fuerza y su valentía. Emprendió un viaje en solitario a Atenas para conocer a su progenitor sin temer los peligros que podía entrañar dicho viaje. Fue entonces cuando coincidió con Procusto y acabó con él. Teseo  mató a Procusto de la misma forma en que él mataba a sus víctimas: lo sedujo con juegos, le ató y amordazó en la cama más pequeña, dada su altura. Luego le torturó con el martillo, le cortó los pies y finalmente la cabeza.


El reinado de terror de Procusto finalizó gracias al héroe Teseo… pero eso ocurrió en los Viejos Tiempos.





¿Cómo acabar con los Procustos en la actualidad?

Si algo me ha quedado claro con vuestros comentarios es que quien más y quien menos ha “sufrido” un Procusto en su vida laboral o tiene alguna experiencia cercana. También tengo claro que citando de nuevo a Ogilvy, si seguimos así, nos haremos cada día más y más pequeños y cada Procusto será el rey de su particular “reino de enanos”.

Hay que actuar, pero ¿cómo?

Se me ocurren dos alternativas:

Actuar como el Teseo mitológico: si Procusto te torturó y mutiló, tú podrías hacer lo mismo y acabar con él de una vez por todas. Mención aparte de cuestiones éticas, esta opción tiene, para mí, un inconveniente claro: estás siguiendo su ejemplo y… ¿De verdad es eso lo que quieres hacer?, ¿Era ésta la forma de actuar que Procusto “envidiaba”? ¿Al final, entonces quién gana? ¿Quién ha mutilado a quién? Reflexiona…

Erigirse en el Teseo de los Nuevos Tiempos: practica mucha Empatía, Asertividad y Resiliencia. Piensa que Procusto tiene que tener su corazoncito… búscalo e intenta conectar con él. Defiende tu posición y argumentos pero siempre intentando que Procusto no se sienta amenazado por tus ideas o atacado. Actúa con precaución, pon en práctica todas esas competencias, habilidades, actitudes y valores por los que te han contratado pero hazlo sólo para los fines de Procusto, que es tu jefe, lo quieras o no. Sé empático con Procusto, intenta entender qué le hace comportarse así… No pienses que su único leitmotiv es la envidia o los celos. Recuerda que él es fuerte, alto, dotado de una fuerza descomunal… tiene sus cualidades.  Por lo tanto, la clave no radica es intentar “auto-disminuirse”, sino que tu estrategia debe encaminarse hacia intentar hacerte con sus “medidas”, las que quiera que tú tengas en cada momento. Sé cauto y no te confíes, Procusto en un primer momento parece ser generoso y atento (ofrecía un lecho donde dormir), por eso nos coge siempre con la guardia baja: nos acostamos tranquilamente en el lecho, confiados e indefensos. Pero recuerda que los Procustos son profundamente intransigentes, intolerantes y estrechos de miras. Son más que seguros obstinados, no tienen la menor empatía, convencidos de estar siempre en posesión de la verdad, todo lo juzgan y todo lo quieren cortar a su medida, se creen medida de todo, y lo que es peor, en el derecho de adaptar todo a su medida.

Dos últimos consejos:

  • No brilles, repito, no brilles nunca ni aunque te dé el sol en plena cara… pero tampoco te apagues: Procusto no puede quitarte tu luz pero tú puedes elegir cuándo dar al interruptor y puedes elegir estar de vez en cuando “off”. Si al final, por una razón u otra, emites algún destello de luz que sea siempre y exclusivamente para ”Iluminar a Procusto” ante el dueño de la Posada.
  • Sé activo y no proactivo: sí, ya sé que te han dicho repetidas veces que hay que ser proactivo, puede que incluso el propio Procusto te lo haya recordado entre mutilación y mutilación, pues, mi consejo: no hagas caso, echa a dormir durante un tiempo la proactividad, no es el momento, mejor activo que proactivo, no provoques a Procusto más de lo justo.

¿Cuáles son las expectativas de éxito?

Si optas por la 1ª alternativa y le das a probar su propia medicina, las probabilidades de éxito son considerables.

Si, en cambio, te eriges en el “Nuevo Teseo” te advierto que harás un largo y fatigoso recorrido con tan sólo una incógnita al final del camino. Tú eliges. Eso sí, recuerda que sólo tendrás éxito si se trata de un Cuasi-Procusto… sí, ése que tiene su corazoncito. Si por el contrario, has tropezado con un Procusto, lo que se dice un Procusto por los cuatro costados… entonces, lo siento mucho, sólo queda una solución: HUYE!!.

Por último y para no ponernos trágicos, todo tiene su “lado positivo”. Piensa:

Tú podrías ser un Procusto… pero ELIGES no serlo.

Tú podrías responder como el antiguo Teseo… pero ELIGES no hacerlo.

Muchas veces no podremos erradicar a Procusto de la organización en la que estamos pero lo que sí podemos y debemos hacer es erradicarlo de nosotros y no ser Procustos ni en un sólo momento de nuestras vidas con nadie.

Tienes luz, aunque no ilumine a nadie de momento… ¿por qué no CREAR TU PROPIA POSADA?...eso sí, ten cuidado de no contratar como jefe intermedio a un Procusto o… la noria vuelve a girar;-)

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5 comentarios:

  1. Muy buen post, pero apra rizar el rizo, si Procusto es además estúpido? huir, claro, pero hace tanto frío fuera de la posada...

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  2. Uffffff, temblando estoy ... me crea un mal cuerpo leerte sobre realidades cercanas como no te haces idea ... en la situación actual todos tendremos que optar por tu segunda opción, y soñar con huir algún día.
    ... lo cual me revuelve las entrañas aún más.

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  3. Ya, debe de ser una realidad muy pero que muy cercana de muchísima gente. No te imaginas la de seguidores que hay del post de Procusto en las RRSS...por eso me animé a escribir éste sobre Teseo. Está claro que es un tema que revuelve las entrañas a más de uno.

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  4. Sí, Jose, uno nunca se imagina el frío que hace fuera...

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  5. El problema es que no todos somos héroes como Teseo (ni del de los viejos ni del de los nuevos tiempos) y lo más común es que terminemos "recortados". Lo ideal sería no un enfrentamiento entre Teso y Procusto, trabajador y jefe intermedio, en plan lejano oeste, sino que funcionara bien la AUTORIDAD y Procusto fuera castigado o expulsado de la posada. Lo que no funciona es que quien tiene poder sobre Procusto no lo ejerce...

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