Supongo que la mayoría, sino todos los que leéis este blog tenéis un Curriculum Vitae actualizado, con
independencia de si estáis buscando trabajo o no. Lo que ya no sé es si todos
lo acompañáis de foto.
A lo mejor os extraña esta duda, sobre todo si trabajáis o buscáis trabajo en España, donde es más
que aconsejable incluir la foto en el CV. Sin embargo, esto no ocurre en todos los países, más bien es propio de la “cultura latina”. Porque si mientras en
España y la mayoría de países de Latinoamérica, los departamentos de Recursos
Humanos prefieren que los CV vayan siempre
acompañados de fotografía, en países
anglosajones, como Estados
Unidos y Reino Unido, es justo lo contrario.
¿A qué puede deberse? ¿Por qué exigimos “conocer” la persona que se postula
a un puesto incluso antes de la entrevista? ¿Por qué descartamos
automáticamente aquellos CV que carecen de foto?
En Estados Unidos no es extraño
contratar a alguien sin haberlo visto. Y cuando digo “visto” me refiero a
no haber mantenido ni siquiera una entrevista cara a cara. Muchas veces, los
procesos de selección se desarrollan utilizando las TIC, a través de diferentes
pruebas online y culminan con entrevistas telefónicas (no siempre con vídeo). Esto
ocurre incluso para puestos de alta dirección, como me comentaba Abraham Zavala a través de LinkedIn.
Sin embargo, parece ser que desde un punto de vista científico estamos naturalmente condicionados a tomar una decisión sobre alguien en base a una primera impresión, basada exclusivamente en la imagen. Veamos estos dos estudios de la Universidad de Princeton:
- "Inferences of competence from faces predict election outcomes": En 2005, el psicólogo Alex Todorov preguntaba en un estudio: ¿Qué persona parece más competente? ¿Cara de niño o rasgos muy maduros? Según este estudio las caras de políticos son decisivas para el resultado de la mayoría de elecciones, por lo menos en EE.UU. Un equipo de psicólogos analizó los candidatos para el congreso de los EE.UU. En 2 de 3 casos predijeron correctamente el ganador de la elección del pasado noviembre. Al parecer la mirada en la cara es decisiva, y en pocos segundos nos informa sobre las capacidades de un político, y entonces sobre su posible éxito en la elección. Una comparación de los candidatos en las 2 anteriores elecciones del Congreso confirmó su tesis.
- "First Impressions: Making up yout mind after a 100-ms exposure to a face" En 2006, el propio Alex Todorov junto a la psicóloga Janine Willis enseñaron a 117 participantes un total de 66 retratos pare que los evaluaran. Les dejaron “observar” estos retratos durante la décima parte de un segundo, medio segundo o un segundo. Tenían que evaluar 5 atributos: atractivo, simpatía, integridad, competencia y agresividad. Después, los participantes comentaban cuánto confiaban en su propia evaluación, si querían cambiar su opinión o no. ¿Cuál fue el resultado? En una décima de segundo los participantes tenían ya su evaluación hecha, la cual apenas se modificó con un período de evaluación más largo (medio segundo o 1 segundo). A pesar de permitirles más tiempo en su evaluación (un segundo), los participantes no cambiaban de opinión y se reafirmaban en su evaluación. La decisión sobre la integridad (aspecto difícil de valorar “a primera vista”) era la más rápida y por extraño que parezca, incluso más que la decisión sobre el atractivo de la persona (algo que estaréis conmigo en que sí se puede valorar a simple vista). Los psicólogos Todorov y Willis llegaron a la conclusión de que las impresiones de personas surgen sin ningún esfuerzo, de forma intuitiva y rápida en base a una información mínima.
Parece
que al menos desde un punto de vista científico queda claro que el ser humano está naturalmente condicionado a
tomar una decisión sobre una persona a primera vista: ¿me gusta/no me
gusta, fiable/no confiable, competente o incompetente, sincero/falso...?
Pero... ¿y
desde una perspectiva ético-social?
¿Creéis que el hecho de no conocer la imagen física de la persona que se
contrata es un hándicap? ¿No es suficiente con valorar la forma de expresarse
(hablada y escrita), su actitud y manera de resolver las diferentes pruebas a las
que se somete a un candidato? ¿Por qué entonces exigimos ya desde el primer
filtro (el propio CV) ver su cara? ¿Es necesario, fundamental, definitivo,
decisorio…?
Supongo
que todos, unos más y otros menos, juzgamos alguna vez a alguien por su
imagen o en base a su apariencia. Pero… ¿Es justo que eso ocurra en los procesos de selección? ¿Por qué
entonces las empresas anglosajonas no permiten incluir foto y sólo se evalúa el
contenido del CV, sin tener en cuenta la imagen? ¿Son más eficaces sus
procesos? ¿Lo son los nuestros? ¿Pre-juzgar y descartar por la imagen es un
buen primer filto, o por el contrario, un condicionante que nos puede salir
caro?
¿Vosotros/as
que pensáis?