Lecciones que aprendí de DAVID EL GNOMO
David el Gnomo fue una de mis series
de dibujos favoritas. Además al emitirse por primera vez entre octubre de 1985
y abril de 1986 me pilló con una edad idónea para disfrutar de las aventuras de
una familia de gnomos. El hecho de que describiera la vida de los gnomos ya
sumaba puntos a su favor, ya que de siempre me ha gustado el “universo” de
hadas, gnomos, ninfas y otros seres fantásticos del estilo, si a eso sumamos
que tenía un importante trasfondo ecologista (el primer capítulo arrancaba con
imágenes reales de contaminación y entornos degradados, en otro su zorro es envenenado,
en otro un oso caía en una trampa etc.) y que en la serie se dieran datos sobre
el comportamiento y costumbres de distintos animales, comprenderéis que a mí,
una naturalista con una incipiente conciencia ecologista, me gustara. Además,
David también era un viajero, un valor para mí siempre importante, que para
acudir a las “urgencias” médicas se traslada a lomos de un zorro Swift, su
mejor amigo, y para viajes transoceánicos como a Australia en un canastillo
colgado de un ganso. Y aunque para viajero el juez Klaus, de la secuela La
llamada de los gnomos (1987) que junto a su ayudante Dani y el cisne Henry (un
cisne que nació en un nido de patos) recorren medio mundo: Escocia, Canadá, Tirol,
Grecia, Los Cárpatos, Italia, China, Hawai, Escandinavia, Patagonia… bien fuera porque fue la primera,
bien porque en el 87 ya empezaba a ser una adolescente, la serie que me marcó
fue la de David el Gnomo.
David es un gnomo. Los gnomos son una
especie físicamente similares a las personas pero de 15 cm. de altura y
regordetes, que viven en pareja (en el caso de David con su mujer Lisa), en
madrigueras bajo un árbol en compañía de una pareja de ratones y un grillo. Son
ovovegetarianos (los huevos se los regalan las aves que han tenido una puesta muy
abundante), utilizan la telepatía con la que se comunican con los animales y
son grandes conocedores de la naturaleza con la que conviven en armonía y
respetan profundamente. A pesar de ser esencialmente bondadosos (hasta parecer
en ocasiones un poco bobalicones para una niña humana como era yo) y pacifistas,
tenían enemigos: los trolls. Claro que los trolls son feos, malolientes,
sucios, torpes, malvados (aunque eran tan tontos que más que malvados parecían
muchas veces traviesos), pero son mucho más grandes y fuertes que los gnomos y
con algunos poderes sobrenaturales, por lo que David para derrotarlos confronta
siempre su inteligencia a su fuerza, dándonos otra lección sobre cómo afrontar
los problemas. De todas formas, los trolls de la serie, Pot, Pat y Poopey, comandados
por Holley, a pesar de andar siempre incordiando y sus mocos colgantes, me
despertaban cierta ternura.
¿A que recordáis la canción?
"Soy
un gnomo, y aquí en el bosque soy feliz bajo un árbol vivo yo junto a su raíz.
Soy un gnomo y simplemente con mirar todo lo que piensas tú podré adivinar. Soy 7 veces más fuerte que tú muy veloz, y
siempre estoy de buen humor. Soy un gnomo, el más anciano del lugar, uso
hierbas que yo sé que pueden curar. Soy un gnomo, muy diminuto y bonachón, si
me quieres conocer, pon mucha atención. Evitando a los enemigos, a los trolls y
a las mofetas, con mi gorro y con mi zorro, voy corriendo de aquí para allá,
ten cuidado no me pises si es que estás cogiendo setas, no sea que cometas una
barbaridad. Soy 7 veces más fuerte que tú, muy veloz, y siempre estoy de buen
humor. Soy un gnomo, y aquí en el bosque soy feliz bajo un árbol vivo yo junto
a su raíz. Soy un gnomo, el más anciano del lugar, uso hierbas que yo sé que
pueden curar. Por esos caminos, bajo las estrellas, me encuentro secretos que
nunca diré. Trabajo tranquilo,..."
Recuerdo que los chicos de mi clase se
admiraban que fuera “siete veces más fuerte” y “muy veloz”, pero lo que a mí me
admiraba y provocaba mi envidia era que “siempre estaba de buen humor”. Más que
sus “proezas” físicas (a fin de cuentas había que tener cuidado de no
pisarlos), sus conocimientos médicos y sobre la naturaleza, ¡ser telepáticos!,
comunicarse con los animales… era que siempre estuviera de buen humor. Creo que
ésa era la cualidad fundamental para que David fuera feliz los 400 años que
vivió, el enfrentarse con buen humor a la vida. Recordemos que la serie
comienza cuando David y Lisa tienen 399 años (el más anciano del lugar) y
termina cuando mueren, de forma voluntaria, como todos los gnomos a los 400
años. Pero no quiero recordar todavía, hasta el final, este último capítulo en
el que se transforma se despide de todos y se va a transformarse en árbol, para
que no se nos salten las lágrimas. El sentido del humor ocupa un apartado muy
importante dentro de la psicología positiva, es una capacidad única de la
especie humana (y de los gnomos) y es
apreciado por todas las culturas. La investigación científica ha demostrado que
la risa es capaz de reducir el estrés y la ansiedad la calidad de vida de las
personas. La relación entre sentido del humor y salud física es más
controvertida, como muestra el estudio de Svebak en 1996 con 65.000 personas,
lo que sí dejó claro es la relación entre el sentido de humor positivo y la
actitud positiva en general hacia la vida y la percepción subjetiva de una
mejor salud, lo que no es poco y lo que puede ser un factor de por qué a los
gnomos 400 años se les pasaban en un tris…
Un segundo aspecto que destacaría de
esta serie, que también aparece en la canción “uso
hierbas que yo sé que pueden curar” es la conocer el entorno en el que
estás y sus posibilidades, y concienciar sobre la necesidad de preservarlo. En
un ecosistema todo esta interrelacionado: el depredador depende tanto de la
presa como la presa del depredador y además todo cumple una función, sino no
existiría en ese ecosistema. La extinción o debilidad de una parte afectará
negativamente al todo a medio y largo plazo. En la empresa, como parte de un
ecosistema económico, la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) no sólo es
cuestión de “bondad” sino de supervivencia a medio plazo.
Como mujer no puedo obviar que, por
otra parte, el mundo de los gnomos es bastante machista, con las labores de
género bien diferenciadas (él trabaja y es el gran protagonista de la historia,
ella se dedica a la casa), incluso en un capítulo se habla de cómo un
matrimonio gnomo se dividían las tareas a la hora de cuidar y la educación a
sus dos hijos (sólo tenían una pareja de gemelos en su vida) que mejor olvidamos…
y salvo en el capítulo 2 cuando libera a David y Swif de los trols, el papel de
Lisa es siempre muy secundario y supeditado al de su marido. Pero aquí estamos
para recordar los valores positivos ;)
David trabaja hasta el último día de su
vida, puede que por qué el trabajo para David no es cansado, sino divertido,
una actitud que explica muy bien Geoffrey James autor del libro 'Business to
business selling' en
su artículo Las ocho actitudes del jefe
excelente. No existe la jubilación en el mundo de los gnomos. No les hace
falta, su trabajo les hace felices, les gusta, y sus condiciones físicas no se
ven muy mermadas por la edad, con 399 años David conserva un buen estado de
forma, por lo que no les hace falta “descansar”. Yo en su momento no entendí
muy bien por qué, en las condiciones descritas, deciden voluntariamente
convertirse en árboles únicamente por cumplir una edad, una fecha concreta.
Pero sí aprendí que todo tiene, y debe tener, un final. Y que ese final pude
ser el comienzo de otra cosa, en este caso un hermoso árbol. David y Lisa
dieron el paso alegres, sabiendo que habían vivido ya todo lo que tenían que
vivir y que era hora de retirarse (imagino que desde un punto de vista de la
ecología, era la hora de dejar espacio en el nicho ecológico).
LECCIONES A APRENDER
- Aunque seas “bueno” y a veces, por ser bueno, siempre tendrás enemigos pero con inteligencia emocional, más que con fuerza, puedes salir triunfante.
- La necesidad de ser medioambientalmente responsable, uno de los pilares de la RSE.
- Que con el sentido de humor positivo la vida no será ni mejor ni peor, pero serás más feliz, como dijo Oscar Wilde “La vida es demasiado importante como para tomársela en serio”.
- Que hay que saber retirarse a tiempo.
- Y algo muy muy importante, que como decían en un rótulo en los créditos iniciales de cada capítulo “Nadie es mejor por ser más grande”, en ningún sentido.
*Artículo realizado en colaboración con Jose Rivas.