Hace unos meses publiqué un artículo sobre El Índice de Equidad de Género. En aquella ocasión la nota que habíamos
recibido era un rotundo suspenso. La semana pasada, varias publicaciones se hicieron eco de los vergonzosos resultados obtenidos en un nuevo informe: el Informe Global sobre Desigualdad de Género 2012 elaborado por el Foro Económico Mundial a partir de datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas (PNUD) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El informe recoge los datos de 135 países (el 93 % de la población mundial). Se trata de la séptima edición de un documento que califica a los países en función de su capacidad para cerrar "la brecha de género" en cuatro áreas consideradas clave: el acceso a la salud, la educación, la participación política y la igualdad económica.
El informe recoge los datos de 135 países (el 93 % de la población mundial). Se trata de la séptima edición de un documento que califica a los países en función de su capacidad para cerrar "la brecha de género" en cuatro áreas consideradas clave: el acceso a la salud, la educación, la participación política y la igualdad económica.
Vergonzosos
porque si bien nunca hemos sido un referente en cuanto a Igualdad se refiere,
en el último año, hemos logrado la hazaña de retroceder 14 puestos cayendo del puesto 12 al 26.
¿Y a qué es debido este descenso? Pues el informa apunta principalmente a
la disminución de la representación femenina en los puestos de toma de decisión
política. En nuestro país, las mujeres no superan el 30% de los puestos directivos, las desigualdades persisten y en tiempos de crisis
incluso se fortalecen, habiendo retrocedido posiciones en cuanto a derechos
sociales.
Analizando el informe, vemos que España logra
una nota global de 0,7266, promedio de los resultados obtenidos en cada una
de las las cuatro áreas clave:
- acceso a la salud: 0,9791
- educación: 0,9971
- participación política:0,2841
- igualdad económica: 0,6462
La calificación máxima la obtiene Islandia (0,8640) y la
mínima Yemen (0,5454). Puede
parecer que no hay grandes distancias numéricas entre estas calificaciones pero
debe tenerse en cuenta que la igualdad total se cifra en 1.
A la cabeza, como siempre, cuatro
países nórdicos -Islandia,
Finlandia, Noruega y Suecia-, a los que suceden Irlanda, Nueva Zelanda,
Dinamarca, Filipinas, Nicaragua, Suiza, Holanda, Bélgica, Alemania, Lesoto,
Letonia, Sudáfrica, Luxemburgo y el Reino Unido.
Sorprende
encontrar también por delante
de nosotros por primera vez países como Cuba, Mozambique y Burundi.
A
la cola, no hay demasiadas sorpresas y nos encontramos países como Egipto,
Irán, Mali, Marruecos, Costa de Marfil, Arabia Saudí, Siria, Chad, Pakistán y
Yemen.
La verdad es que España
siempre ha ocupado posiciones más bien modestas en este tipo de ránkings pero
lo grave es que ahora por primera vez en muchos años, ya no sólo
no escalamos posiciones, no, si no que descendemos, retrocedemos, desandamos un camino que costó mucho andar. Pero qué
se va a esperar de una sociedad obsesionada por las cifras macro-económicas que
desatiende su máximo activo: las PERSONAS. Una sociedad que se jacta de
denostar la Paridad, que todavía hace innumerables chistes sobre el efímero Ministerio
de Igualdad (porque queda claro que no nos hace falta), que desatiende y
dificulta al máximo la maternidad, que anula medidas “electoralistas” como el
mal llamado cheque-bebé, que aplaza la ampliación del permiso de paternidad sine
die, que no monitoriza los planes de igualdad que muchas empresas por ley
debían implementar, que organiza los horarios educativos a “deshora” de los
padres que tienen la inmensa suerte de tener un trabajo remunerado… una sociedad
que no piensa en las mujeres.
Porque está más que demostrado
que la pobreza afecta más a las mujeres a nivel mundial y en situaciones de
crisis, son ellas las primeras perjudicadas. ¿Estamos ante una vuelta forzada
de la mujer al hogar y las tareas domésticas? ¿Se puede permitir una mujer
trabajar de 8 a 20h. a cambio de una retribución de 10.000 euros brutos anuales y contratar a otra para que recoja a sus hijos del colegio? ¿Debe renunciar a
trabajar? ¿Debemos asumir que se discriminen automáticamente a las mujeres en “edad
fértil” o madres de las ofertas de trabajo? Son muchas las preguntas que me
hago en este sentido, que nos hacemos muchos, hombres y mujeres, preocupados
por la situación de este país y por las escasas medidas que se están
implementando para abrir ventanas al futuro.
Y lo peor es que esto
no tiene pinta de mejorar. Y no lo digo yo. Las desigualdades no sólo se
mantendrán sino que el Foro Económico Mundial nos pone como ejemplo (a no seguir, claro está) de país donde la
escasez de medidas de apoyo y su alarmante disminución no sólo hace difícil que
se reduzca esta brecha de género sino que se espera que aumente.
El Informe concluye
poniendo otro ejemplo pero éste a
seguir: el modelo nórdico que hace posible que los padres hagan compatibles trabajo y familia, lo
que ha resultado en “altas tasas de participación laboral femenina, mayor
reparto en el cuidado de los hijos y una distribución más equitativa del
trabajo en casa”. Y subraya como factor detonador la “generosa política en
materia de bajas maternales y paternales cuya consecuencia ha sido tanto un
incremento de la tasa de natalidad como de reincorporación de la mujer al
mercado laboral en combinación con la maternidad”.
Espero que los que nos representan lo
lean y miren un poco al Norte
... que de Sur ya tenemos bastante.
Os dejo enlace a:
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